domingo, 5 de mayo de 2013

Trababalenguas

Siempre que te pienso, pienso
en el tiempo que el tiempo jugó a despistarnos
y a perderse a tus espaldas,
respaldando
esa absurda teoría de que nunca digas nunca
cuando ahora no es la hora de encontrarnos.

Siempre que te sueño, sueño
con diminutas llamaradas de tus llamas
y con el barniz de tus ojos,
ojeando
lo que antes fueron fogonazos en las bocas,
y hoy abocan al peor de los deshielos.